Los dos errores del francés Raphael Varane, ese central campeón del mundo que casi nunca falla, quedarán marcados como los dos momentos clave del partido que Manchester City le ganó 2-1 a Real Madrid por los octavos de final de la Champions League. Pero la mirada más global y prolongada indica que el elenco de Pep Guardiola fue superior en ambos juegos al de Zinedine Zidane y, entonces, es un justo vencedor.

En la ida, en Madrid, el City ganó 2-1 y fue bastante superior al rival. Mereció una diferencia más abultada. Pero el Madrid que jugó en ahora Manchester era otro muy distinto que el de la ida del 26 de febrero. Llegó sólido, campeón y goleador a la revancha el cuadro merengue. Por eso se esperaba un juego vibrante. Y lo fue. Pero el Merengue no tuvo piernas para pelear todo el partido y solo pudo emparejar el juego durante 30 minutos. En el resto del tiempo, el conjunto que comanda Guardiola volvió a ser bastante superior